Tranquilas: La culpa es de su madre
21 Feb, 2017
por Ana María Medina

Por supuesto que ser madre es el trabajo más gratificante que he tenido, pero también es el más difícil, y lo digo con conocimiento de causa: que conste que me gradué de una universidad exigente, que estoy casada y que he tenido trabajos de pacotilla, por no usar la palabra empezada con M, que me han exigido trabajar más de 14 horas diarias. Así que repito, ser mamá es muy difícil, pero es además demasiado estresante.

Creo que antes no era así, o de pronto sí. Pero como a mí me tocó ésta generación, diré que la maternidad en esta época es más difícil que nunca.

Tenemos la presión de ser mamás dedicadas, esposas ejemplares, profesionales exitosas y como si fuera poco ahora tenemos que estar tonificadas. Esperan que seamos perfectas ¿Cómo no podría ser estresante semejante petición?

La verdad es que yo podría ser la mamá perfecta si no se me fuera todo el día siendo la mamá.

Y, para serles aún más sincera, sería la mamá perfecta y les aconsejaría que lo fueran si sirviera para algo. Sepan de una vez que poco importa lo cuasi perfectas que seamos como mamás,  siempre habrá alguien que tendrá algo de que culparnos.

Acá sólo 4 de tantos:

  1. La adolescencia. Durante este periodo de pacotilla (de nuevo me rehuso a usar la palabra que empieza por m) no hay manera que le ganemos una batalla a nuestros hijos sin antes ser descritas como: la peor mamá del mundo.

Poco importará que todo lo hagamos pensando en el bien de ellos, poco importará que hayamos soportado todos los malestares de un embarazo para traerlos al mundo, poco importará que los hayamos parido con dolor… poco importará porque la berrionda adolescencia se encargara de hacerle creer a nuestros hijos que somos sus peores enemigas y mientras ellos corren a encerrarse a su cuarto les susurrará al oído: Todo es culpa se su madre. 

  1. Los psicólogos y psiquiatras. No se ofendan profesionales de esta materia, no es nada personal. Al menos no es nada mío contra ustedes, aunque me atrevería a decir que sí es de ustedes contra nosotras.

Tanto esforzarnos para que no les pase nada malo a nuestros hijos, tanto desvelarnos para que ellos puedan dormir plácidamente, tanto seguir cuentas en Instagram para poderles hacer unos snacks saludables, tanto angustiarnos para que nadie les haga daño, tanto leer artículos, teorías  y pendejadas para potenciarles todo su talento, tanto aburrirnos algunas tardes con tal de verlos a ellos felices, tantos sacrificios que hacemos por su bienestar, tanto amor que no nos cabe en el pecho por ellos para que dentro de unos años, cuando vayan a un psicólogo porque algo en su vida no está marchando como debería, este les diga: Todo es culpa de su madre.

  1. La noviecita o el noviecito. Este personaje primero nos arrebatará lo que más amamos y acto seguido, sin ningún tipo pudor, se dedicará a criticarnos a nuestras espaldas.

Si nos preocupamos porque ya es la hora de llegada y no aparecen, la noviecita o noviecito dirá que somos unas intensas. Si no queremos ser abuelas antes de tiempo, la noviecita o el noviecito dirá que somos unas metiches. Si carraspeamos la garganta insinuando que la visita ha llegado a su fin, la noviecita o el noviecito dirá que somos unas groseras que nos acostamos con las gallinas. Si no damos permiso para que vaya a hacer y deshacer en una finca, la noviecita o el noviecito dirá que somos unas amargadas que olvidamos que alguna vez también fuimos jóvenes. En pocas palabras el noviecito o la noviecita les dirá: Todo es culpa de su madre. 

4. Las otras madres. Estas hijuemadres si que nos encontrarán defectos en cada respiración.

Miraran de reojo cada pataleta para decir que somos muy consentidoras pero torcerán los ojos con cualquier comportamiento para decir que somos muy malgeniadas. Ellas si que nos culparan porque sí y porque no. Y cuando vean que nuestro hijo se equivoca en algo o no es tan bueno como el de ellas para alguna actividad, le dirán a las otras madres jijuemadres: Todo es culpa de su madre. 

Entre la adolescencia, los psicólogos o psiquiatras, los amoríos de turno y las otras madres jijuemadres, nos van a joder. Así que relajémonos, no somos perfectas ni tenemos que serlo. La culpa siempre será nuestra… sino pregúntele a mi mamá que repite como lora mojada: “ah claro la culpa siempre es mía, la hijue pacotilla (por no usar la otra palabra con p) siempre soy yo”. Y eso que no le he contado la conclusión que me dieron esa vez que hice constelaciones familiares…

Mamás del mundo, no importa que tan perfectas o imperfectas seamos como madres, siempre habrá un psicólogo que nos culpará de todo. Pero el consuelo, que incluso es un verdadero premio, es que siempre habrá un hijo que nos amará infinitamente a pesar de todo.

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2 Comentarios

  1. Leidy Marin

    Ana tus post son los mejores, creo que los estoy amando. me identifico al 1000%

  2. Alejandra Calderon

    Jajajjaja cuando hablas d los novios , me recuerda a mi madre, ella dice » no quiero a tu esposo porque él me la robo, y eso es imperdonable» jajajjaj yo le digo que si no hubiera sido él, había sido cualquier otro jajajajaja