Top 5: errores de primerizas
28 Ene, 2015
por Ana María Medina

Como mamás y como primerizas cometemos toda clase de errores. 

No darle al bebé su dosis diaria de sol, abrigarlo en exceso, salir corriendo a urgencias cada vez que tose, o porque come de más o come de menos son de los errores más comunes. Yo los he cometido todos, sobretodo estos 5 que además de comunes son bobos, pero terminan complicándole y amargándole a uno la existencia. Si usted está a tiempo aprenda y evítelos.

  • Decirle al mundo “dejé las pastillas voy a encargar”

Quiere usted perder su tranquilidad? Quiere usted ser bombardeada con mil quinientas preguntas a las que no les tiene respuesta? Quiere usted ser el tema de conversación en la fiesta donde no está? Quiere usted que la miren con cara de pesar? Entonces simplemente dígale a sus familiares y amigos que decidió tener bebé. Éste es el error número uno. Resulta que no todas quedamos embarazadas con la misma rapidez y mientras eso ocurre cada vez que la vean le van a preguntar como va la cosa. Póngase a la tarea pero, como diría mi abuela, coma callada. Se hará un favor a usted y de paso un gran favor al mundo que no se sentirá incómodo si la cosa después de meses no le ha cuajado.

  1. Subir a las redes sociales las ecografías.

No hay lágrimas de felicidad más reales y más lindas que las que nos invaden cuando oímos por primera vez el corazón de nuestro bebé. Esa primera ecografía es de las cosas más perfectas que he visto en mi vida. Cuando tuve la de Lolo en mis manos no paré de mirarla por 5 días seguidos, la besaba, la apretaba contra mi pecho y hasta le hablaba. Me sentía embriagada de felicidad y quería que el mundo entero se contagiara. Pero me contuve porque esa foto en blanco y negro que se había vuelto mi vida entera, para el resto del mundo era una mancha desenfocada, pixelada y confusa en la que cualquiera puede ver lo que quiere ver. De hecho me cuesta encontrar otra diferencia entre las ecografías que no sea el valor que tienen para los padres. Así que mándele la foto en privado a sus familiares y libere de la presión al resto de gente que solo va a ver un blur y se va a sentir obligado a comentar: que lindo.

  1. Cantar victoria.

Han visto esos vídeos de atletismo donde el que ha liderado toda la carrera es superado por escasos centímetros y segundos antes de llegar a la meta? Tal cual pasa cada vez que abrimos nuestra boca y decimos que nuestro bebé ya pasa la noche derecho o que nuestro bebé ya dejó el pañal. Es sólo que cantemos victoria y nos sintamos los mejores papás del mundo para que segundos después nuestro bebé, parece que lo hiciera de aposta, nos demuestre lo equivocados que estamos y lo ilusos que fuimos al creer que lo habíamos logrado. No importa si su bebé lleva 3 meses durmiendo derecho en su cuna el día que usted le dice al mundo que lo hace ésa noche se despertará 3 veces, pedirá tetero y se calmará únicamente si usted lo arrulla. Cabe anotar que usualmente los peores episodios ocurren con la visita a la que se le ha alardeado lo maravilloso que es el hijo de uno. Nunca cantemos victoria que nos esperan años y años para que los hijos encuentren el momento perfecto para hacernos quedar mal.

  1. Pedir consejos

Todos tienen una historia que contar, un remedio que recomendar, una manera de criar, un colegio, un método, un libro así como mil criticas de tu manera de hacerlo. No preguntes sino estás dispuesta a aceptar que todo lo has hecho mal. Si le preguntas a tu amiga hippie vas a terminar botando la mitad de alimentos de tu nevera, comprando pañales ecológicos y comiéndote tu placenta. Si le preguntas a tu abuela vas a terminar curándole el hipo con un algodón pegado en la frente y comiendo sancocho de gallina los 40 días de dieta. Si le preguntas a una partera no vas a dejar que otra mujer alce a tu bebé porque si tiene el periodo corres el riesgo de que le de pujo. Si le preguntas a tu amigo que estudió 5 semestres de medicina vas a pasar todo un día pidiendo cita con un especialista porque ese lunarcito que se ve con lupa parece peligroso.

  1. Creer que la vida es como un comercial y que necesitamos todo lo que ahí vemos.

Y no solamente porque nunca estaremos tan bien peinadas, tan bien vestidas, tan sonrientes, tan sin ojeras, tan perfectas como esas mamás de comercial que ni deben ser mamás. Sino porque, la verdad sea dicha, ninguno de esos productos funcionan tan bien como se promocionan. Ese jabón cuya promesa es abducir el sueño y darle al bebé, y a los papás, noches de paz no es tan efectivo. Esos dispositivos plásticos para las esquinas de la mesa que compramos por culpa de nuestra paranoia hasta el momento para lo único que me han servido es para que Lolo juegue a pegarlos y chuparlos mientras almorzamos. Esa prueba casera que te asegura a los pocos meses de gestación descubrir el sexo del bebé es la mejor mentira de la historia y, debo confesar, a mi me atinó con la respuesta.

Sigamos nuestro instinto que no podemos estar tan equivocadas. Y si lo estamos pues tampoco es tan grave. Mi mamá seguramente tuvo la mitad de precauciones conmigo y a la larga (depende a quien le pregunte) yo no salí tan defectuosa.

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3 Comentarios

  1. isabel barrera

    hola… es verdad la mayoria de cosas los he vivido. sobre todo cantar victoria para que despues me saliera con cagadas jajajja

  2. lina florez

    Y buenisimo!!, escribes d euna manera encantadora.

  3. clara aristizabal

    Me encanto y la verdad me siento identificada con cada cosa q escribiste. Clap clap clap