4 frases que detesto sobre la lactancia
9 Feb, 2016
por Ana María Medina

Post-Parto - Lactancia

La maternidad nos hace mucho daño a algunas. Y no, esta vez no estoy hablando de las estrías que ganamos, del pelo que perdemos o de las horas de sueño que necesitamos. La maternidad nos vuelve intensas, cantaletudas y profetas. Si algo nos ha funcionado queremos que todas lo sepan, lo imiten y lo oigan una y otra vez de nuestra boca. La lactancia, por ejemplo, es uno de esos temas polémicos de la maternidad que más nos enloquece. Cada vez más, me privo de tocarlo en una reunión, junto con la política y la religión. Los tres temas tienen en común fanáticos que no quieren escuchar sino evangelizar. Razón suficiente para tampoco haber hablado sobre la lactancia en un post anterior.

Como no tengo el derecho ni tampoco es mi intención dar cátedra sobre el tema, me limitaré a describir las 4 frases que detesto de la lactancia basada en mi experiencia personal. Lo que no significa que lo que yo crea deba tomarse como consejo, filosofía de vida o verdad universal.




1 “Si no lactaste por lo menos los primeros seis meses eres una despiadada, tu hijo se enfermará y no tendrá un vínculo fuerte contigo”.

Señoras, soy entonces una cruel despiadada con un pezón frágil que me hizo ver al diablo durante el primer mes a pesar de las cremas de caléndula, el vino rojo y el extractor de leche. Señoras, soy una despiadada que soportó el dolor durante un mes, fecha exacta que la lactancia dejo de arder, doler y sangrar. Soy una despiadada que para evitar una mastitis visitaba semanalmente un lugar llamado “el banco de leche” donde me hacían ver el diablo de nuevo estripándome una pocheca que insistía en obstruirse. Soy una cruel despiadada que a los tres meses sin poder levantar los brazos del dolor, con fiebre de 40 grados, sin poder alzar y cuidar a mi bebé y sin niñera, volví por última vez al banco de leche con una mastitis. Ese día renuncié a la lactancia, porque ese día, amamantar dejó de ser un momento íntimo y bonito con mi hijo y pasó a ser un problema que me cohibía de cuidarlo, me botaba a la cama y hacía de la maternidad algo que no debía ser: una tortura. Si señoras, lacté sólo tres meses de manera exclusiva y mi hijo ni se enfermó ni perdió su apego. Sobrevivimos las gripas como cualquiera, jamás hemos estado hospitalizados y somos inseparables, es más, para algunos, demasiado intensos el uno con el otro.

2 “Si lactas a un niño que habla, camina y tiene dientes eres una cochina”.

Señoras, si para algunas la lactancia resulta más fácil desde el comienzo antes que juzgarlas debo declararles mi envidia. A pesar de que estaba mentalizada para lactar 6 meses, tiempo que me parecía razonable, suficiente y perfecto para que los niños empezaran a deleitarse con otros sabores y para que las mamás pudiéramos volver a ponernos camisas de cuellos cerrados y sin botones, admiro (tal vez por no haberlo podido hacer) a las que pueden hacerlo por un tiempo más prolongado. Las envidio y admiro porque con el amor infinito de una madre siguen haciendo una labor nada sencilla con la convicción de darle lo mejor a sus hijos. También las entiendo y les brindo mi más sincera sonrisa de apoyo cuando me explican con un poco de cansancio que no encuentran la manera menos traumática de, literalmente, destetar a un niño que por grande que esté no quiere renunciar a esa zona de confort.




3 “Si lactas en público eres una desvergonzada”

Señoras y señores, hay que ser muy desalmado en esta vida para negarse a amamantar a un niño hambriento y negarle la posibilidad de calmar su llanto alimentándolo, simplemente porque estamos en público. Lactar no tiene nada de morboso, no consolar a un niño sí. Sepa de una vez, que el niño no está jugando, está saciando una necesidad que no tiene, a los ojos de personas sensatas, ninguna connotación sexual, ni exhibicionista y, mucho menos, desagradable. Existe un trato que se le da a un par de tetas que no amamantan más desagradable y morboso, difícil de entender pero fácil de ver, si revisáramos el grupo de whastapp de varios. Si usted es de esos necesitados que se la pasa rotando fotos de mega tetas siliconudas a todos sus contactos pero se indigna de ver a una madre lactando en un restaurante, es hora de ir al psicólogo. La solución es sencilla si tanto le molesta: mire a los ojos y no el escote… “mis ojos están aquí y no aquí ” es una verdad que venimos reclamando las mujeres desde hace años.

4 “Si no te gusta lactar o ver lactar en público eres una mojigata”.

Señoras, a mi nunca me gustó lactar con espectadores. No creo que eso me convierta en una mojigata o doble moralista. Tampoco he querido salir en Soho y no por eso hago vade retro a las que lo hacen. Para mi lactar era un momento intimo con mi hijo y, además como al principio era muy bizoña, prefería poder estar en la comodidad de mi privacidad para no cometer errores. Por ejemplo siempre olvidaba proteger la teta que no estaba en uso y terminaba lista para cambio de ropa y baño. Además se me hacía muy difícil no usar la almohada de lactancia y andar con ella encima para todo lado me parecía un poco engorroso. Amaba la privacidad para lactar porque para mi significaba tranquilidad y comodidad. Sepan que las tetas me parecen divinas, tanto como a cualquier hombre, me parecen divinas para el uso de la intimidad con mi 10%, me parecen divinas en su labor de alimentar, me parece divinas en la portada de una revista y me parecieron aún más divinas en la portada de la revista fucsia con Cristina Warner amamantando. Pero ni a mi 10% se las presto en mitad de un centro comercial, ni a mi hijo se las puse sin una mantita en público. Esa soy yo, supongo que desde ahora apodada la mojigata. La misma mojigata a la que le da pena salir en una revista en toples de sólo pensar que su papá vea su pezón, la misma mojigata que usaba una mantica en caso de tener que lactar estando en la calle, la misma mojigata que le parecen divinas las viejas que salen en Soho y la misma mojigata que puede ver a otras mujeres menos mojigatas lactar en la calle sin juzgar, sin mirar mal y sin satanizar.




Cada una tiene una experiencia distinta con la lactancia. Buena o mala, y lo único que hace insoportable este tema es la necesidad que tenemos de volver general algo tan particular y personal. Hay tantos colores y formas de pezones como maneras de vivir la lactancia. No somos ni flojas, ni despiadadas, ni exhibicionistas, ni cochinas, ni mojigatas. Detesto esas cuatro frases, detesto que alguien que jamás haya lactado opine sin conocimiento de causa, detesto que las que lo hayamos hecho nos juzguemos, y detesto que queramos defender una u otra posición con la férrea y ciega convicción de un fanático. A cambio de 4 frases obsoletas propongo 4 pasos para una lactancia feliz:

1 DE TETA

2 DONDE

3 Y HASTA CUANDO

4 USTED QUIERA

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9 Comentarios

  1. MarceCorrales

    Hola Nuwe, he leído la mayoría de tus martes postparto, sólo que nunca me atreví a comentarte aunque aclaró soy tu fan, seguidora, y una fan más de Lo lo, tanto que esperaba que Thomas se le pareciera así no tengan nada en común ni siquiera dos papás tan lindos como los de el jejeje. Bueno, al grano, hoy decidí opinar sobre este tema, en el que no hablas de mi caso, pues nunca le dí teta a mi bebé y no porque no quisiera, tuve una complicación cuando tuve mi bebé muy grave (Atonía uterina, el código rojo de un parto) en otras palabras, volví de milagro… Pero volví casi al mes a casa y después que todos los días incluso en la clínica sufrí a diario con la estriada diaria de teta, mirando si me salía leche, una dolencia más a mis dolencias, llego a casa, aclaró de nuevo un mes después cuando mi bebé estaba acostumbrado al tete y lo pego, eso sí no por mi gusto, mi esposo, mi familia, la familia de mi esposo, mis amigas… Mejor dicho todo el mundo apuntaba con el dedo a que lo hiciera, pero oh sorpresa salían góticas y mi bebé acostumbrado al tete, prácticamente imposible, tal vez si hubiese sido buena mamá le insisto, pero decidí ser la mala, después de ver en mi estadía en la clínica muchas mujeres con mastitis, muchas otras ampolla das, sangrando y las enfermeras encima acosando a que pegaras el bebé, más lo que no te cuentan de como despiertas en la noche toda chorreado, que hueles a quesito y miles de cosas más… Las mamás buenas te lo negarán y se enojaran pero la verdad es que es una dura experiencia y al igual que el embarazo es labor de madre y cero padre… Entonces yo decidí que iba a ser de las malas y que no le iba a dar teta a mi bebé hermoso, que en el crecimiento y desarrollo además de ser el más inteligente y hermoso es el más pesado y más amado y pegado a la mamá que ninguno. Otro día te pongo fotos. Gracias por este espacio, me despido y te mando miles de abrazos a ti y a tu familia. Se me olvido decirte que aplica también para el parto natural y la cesárea.

  2. Diana

    Jajajaj me diste en el clavo, justo en estos días quería en escribir en Facebook sobre lo fanáticas y pesadas que son ciertas mujeres con ese tema y como quieren predicar creyendo que tienen la verdad absoluta. Es inevitable en reuniones de mujeres que alguna no toque el tema y peor aún que te pregunten si diste pecho o no, que les importa? Yo nunca preguntados eso! Yo fui igual que tú en varios aspectos en especial en amamantar en casa, fui súper bisoña jajajaj y prefería hacerlo de forma más íntima.
    Saludos Ana,

    Diana
    A Girl in Africa
    http://www.agirlinafrica.com

  3. Carolina

    Realmente yo al tercer día no quería saber de la lactancia, tuve una hermosa comilona y cada dos horas cuando depertaba y me veía con ojitos hambrientos inmediatamente me ponía a llorar, mi esposo que me veía sufrir le daban ganas de hacerlo por mi, afortunadamente mi mamá apareció y me dio una solución de un pezon del mismo material de los chupos del tetero y esto hizo que cicatrizaran por fin mis pezones, tuve el descaro luego de amañarme y amamante a mi hija un año y medio, aunque respeto las dificultades para muchas de amamantar y respeto a otras no quererlo hacer, en partícular fue la sensación más hermosa el poder proveer de alimento a mi hija, me encantaba como con su manita me acariciaba, los sonidos que hacia para pedirme de comer antes de poder hablar y como se dormia satisfecha después de comer, así que me siento afortunada después de superar las estadísticas de pochecas pequeñas y que mi mamá no lacto, lo conseguí y lo disfrute mucho.

  4. Laura Baez

    Si bien es cierto eso de «los hijos son de la mamá » alimentarlos a punta de teta o tetero también es nuestra desicion no por flojas Buenas o malas madres dejamos o continuamos lactandolos; simplemente porque aquel bello momento se convierte en dolor, frustración, llanto y lo más terrible aun CULPA esa que nos hace creer que somos un monstruo cuando no lo somos! Y si a eso le sumamos la presión social no sólo de los que opinan sin pedírselo si no de nuestros amigos, familia y de nuestras adoradas amigas/madres todo es aún más complicado.
    No es un tema facil de superar es tan inofensivo como dañino, porque duras mucho cuestionando te, reclamando te y culpando te de algo que no se nos dio de forma tan natural. Cuando estaba embarazada creía que lactancia mínimo hasta el año a mi hija y solo lo logre 15 dias y aunque fue un proceso doloroso y complicado hoy la veo y se que no me equivoque porque hize y hago todo lo posible por su bienestar y felicidad.

  5. Ana Carvajal

    Perfectos tus puntos de vista. La situación y decisión de cada una es absolutamente respetable. Lactemos, no lactemos, en público, en privado, como sea, es algo personal… lamentablemente en torno a la maternidad se maneja mucha hipocresía, se juzga sin pensar en la situación del otro, ser mamá per se ya es todo un rollo como para tener que lidiar con toda una sarta de críticas y miradas de otros (desafortunadamente las que más juzgan y critican son otras mamás!).

  6. Juliana

    Está buenísimo! Gracias por compartir!! Yo le agregaría una frase (pregunta) más que es la que odio con toda mi alma: «será que quedó con hambre?»
    SI USTED INSISTE EN QUE CONOCE MÁS A MI HIJO QUE YO Y LE PARECE QUE QUEDÓ CON HAMBRE, PÉGUESELO USTED!

  7. Angélica

    Soy una fanática y bruja asquerosa, había criticado toda la vida y menospreciado el dolor de las que amamantan porque a mi me fue muy bien. Lo siento, me odio.

  8. Johanna Montes

    Me encanta este post yo fui de las de cero pezón mi hijo odiaba cogerlo como tu dices las enfermeras están listas para insistir me hacían con jeringas la succión del pezón te podrás imaginar el dolor que sentía sin embargo en mi mente estaba el poder de amor para con mi hijo así que accedía a cualquier método para que saliera y lo máximo que daban estos dos melones porque son inmenso jajaja era por mucho 2 onzas ja ja ja como diría mi esposo puro paquete chileno je je je. tengo un hijo fuente de 3 años y medio criado a punta de tener o desde su su 3 día de vida el más sano de todos si con sus grapas casuales por el jardín ja ja ja ja amoroso con su mama sin lugar a equivocarme nos amamos locamente. gracias por compartir estos espacio en donde me río horas contigo y tus experiencias

  9. Yessica monsalve

    Que importante lo que dices. Es increíble la ignorancia de algunas personas respecto a amamantar y lo malo que es no vivirlo y ver lo vital que es esto para nuestros hijos