Según teorías, soy una pésima mamá
10 Jun, 2015
por Ana María Medina

Según teorías, soy una pésima mamá

Alguna se ha puesto en la tarea de averiguar cuántas teorías de crianza existen? Cuántos métodos para dormir con o sin lágrimas se han escrito? Cuántos tips para criar niños felices, seguros, educados y cero narcisistas han rotado nuestras amigas en FB? Yo no. Aunque me atrevería a afirmar que cualquier número por debajo de 50 es poca cosa. Poner en google teorías de crianza arroja cerca de 355.000 resultados y todas aseguran tener la verdad absoluta para que usted no la embarré como mamá. Aunque no soy demasiado metódica en este tema de ser mamá y en estos dos años he sido más empírica que teórica, debo confesar que de tanto en tanto recurro a google como mi consejero de cabecera. Me ha sacado de aprietos un par de veces y otras tantas me ha enredado la cabeza. He buscado desde como hacer una papilla de fruta hasta cuando salir corriendo a urgencias.

Últimamente, debido a que varias mamás me miran con benevolencia y pesar mientras me advierten que Lolo ya va a llegar a “los terribles dos años” como ellas lo llaman, mis preferidas han sido las búsquedas relacionadas con crianza. Me he encontrado con una cantidad de teorías y disparates que lo único para lo que me han servido es para martillarme la cabeza con el siguiente subtexto: todo lo has hecho mal. Me pregunto si mi mamá también fue víctima de esta sensación o si la benefició ser madre en una época desprovista de demasiada información. Si me pongo a ver pocas de las cosas que ahora recomiendan hacer con los hijos las hicieron conmigo… y ni les digo las que recomiendan no hacer. Y hasta donde sé no estoy traumatizada. Supongo que quienes escriben estas guías quieren en lo más profundo de su corazón hacerme la vida más fácil con evidencia que mis papás no tuvieron, pero, a mi en particular, terminan por hacerme sentir impotente, incapaz y, precisamente, mala madre.

Llevo dos años acertando y embarrándola a la par en esto de ser mamá. Y aunque hay días que siento que me falta teoría para no enloquecer también hay otros que siento que el instinto y el corazón fueron la mejor opción. Por eso he aprendido a relajarme con el tema y a convencerme que no sólo cada niño es diferente sino que cada mamá también. Y que la culpa no es de las teorías sino de nuestra tendencia a creer que son verdades absolutas para nuestro caso particular. Yo he ido creando las mías propias basadas en mi temperamento, en el de Lolo y en el de mi 10%. Y puede que ni siquiera a nosotros nos funcione del todo pero al menos es la nuestra y no nos talla. Aún así de tanto en tanto se viralizan frases en las redes que me gritan lo pésima mamá que soy: “No más narcisistas ante una pataleta no dé su brazo a torcer” “Lo peor que puede hacer es compartir la cama con sus hijos” “No ponga apodos, llámelos por su nombre” “Si no prueban el dulce nunca lo van a extrañar”… podría seguir enumerando más citas famosas, pero de seguro quedarían evidenciadas mis falencias como madre y alguien se atrevería a llamar al bienestar familiar. Estos son algunos de mis muchos pecados:

“No más narcisistas, ante una pataleta no dé su brazo a torcer”

Ante esta afirmación necesito una maestría completa. Entiendo que hay berrinches que no pueden ser solucionados dándole al niño lo que reclama pero hay miles otros que no pueden ser ignorados y mucho menos batallados con la misma intensidad. Muchas veces me ha funcionado tratar de razonar con Lolo y en otras situaciones me ha funcionado un simple No más en un tono más agudo. Todo ese manejo de la autoridad nunca me ha quedado claro y me debato constantemente entre el Hitler que la sociedad quiere que sea y el Mockus que muchas veces se necesita. Cada vez más me pregunto “que hago” “que hacen las buenas mamás en estos casos” “que hace ésa que se ve tan tranquila” y la verdad, sólo la razón y la potencia de la pataleta terminan por dictaminar mi manera de actuar. Sí he dado mi brazo a torcer, si por eso se entiende que a veces he cedido porque si bien no todo puede ser como Lolo dice tampoco todo puede ser siempre como yo digo.

“Los padres no deben dormir con sus hijos”

Yo fui recibida en la cama de mis papás hasta una edad en la que me puedo acordar y puedo decir que fue una de las mejores cosas que tuvo mi niñez (y adultez). Atravesar a oscuras el pasillo entre mi cuarto y el de mis papás, con el frio en la espalda que provocan los fantasmas imaginarios, con la aturdidez de un sueño interrumpido pero con la necesidad de llegar a un puerto seguro, su cama, y ser bienvenida con un abrazo, es de las mejores sensaciones que tengo en mi memoria. Poner los pies entre las piernas de mi papá, sentir su respiración y volverme a quedar dormida porque ahí en medio de ellos, el miedo y el frio desaparecía. Hoy, si mi carácter tiene sus fallas no creo que ésta sea la causa, mis papás no se han divorciado y yo tengo la seguridad que siempre puedo llegar a ellos, mi puerto seguro, cuando nuevos fantasmas insisten en aparecer. Bienvenido Lolo, cabes en medio de estos dos gladiadores dispuestos a velar tu sueño todas esas noches que, aún no me explico como, llegas tanteando paredes hasta nuestro cuarto.

“Debemos llamar a los niños por su nombre”

Cosita. Cuenta mi mamá que cuando me preguntaban mi nombre yo contestaba Cosita. Un tío, de esos fenomenales, con todo el amor del mundo me puso ese apodo y yo me sentía la persona más amada sobre el planeta tierra cuando alguien la usaba para llamarme. Mi 10% a veces mientras abraza a Lolo y le hace cosquillas con su barba lo llama Mi bultico y Lolo muere de risa. Mi 10% se llama Andrés, él lo sabe como sabe que es un 100%. Las palabras son poderosas y por eso hay que cuidar lo que decimos pero mucho más la manera como las decimos. La Cosita creció y nunca se sintió como un objeto. Una manera de referirte a alguien con amor nunca va ser perjudicial. Yo soy LaNuwe porque mi 10% terminó por darme ese apodo y aunque me gusta mi nombre, siento que esa manera de llamarme es mucho más especial y en ella van implícitos miles de sentimientos que sólo él y yo entendemos. La gente en los bancos, las llamadas a lista en clase, los certificados de votación, mi mamá enojada, demasiada gente puede usar el Ana María. En cambio sólo unos, casualmente los más cercanos al corazón, me dicen nena, fea, cosita, nube, moscorrofia, grilla y yo vuelvo a sentirme amada e importante. Ya llegará el día en que así como tuve también el carácter para pedir que me quitaran apodos que no me gustaban en el colegio, Lolo haga lo suyo y me haga saber con cuales se siente feliz. Puede que lo primero que me quite sea el “Lolo” o puede que me deje seguir usándolo junto con las mil y un palabras con que lo llamo cada vez que me dan ganas de espicharlo y que para mi expresan más que decirle tan sólo: Lorenzo. Y si la cosa es que vamos a preocuparnos por nimiedades pues entonces empecemos una campaña en contra de nombres pavorosos dolorosos de pronunciar e imanes para el bullying.

“Si no prueban el dulce nunca lo van a extrañar”

Si no es ahora, CUANDO? Entiendo que los tiempos han cambiado y ahora hay una cultura más saludable en el mundo. Entiendo la importancia de frutas y verduras y alimentos libres de gluten. De hecho me gustan y las como a diario pero ante un brownie me tiemblan las piernas, se me dilatan las pupilas y no hay trozitos de manzana que valgan. Sin haber sido una obesa, puedo reconstruir mi niñez a través de las delicias que me comía sin temor a engordar. En la alacena mi mamá siempre tenía una caja de chocolatinas Jet, una caja de gansitos, otra de herpos y paquetes de papas. Esa alacena no tenía llave y en mi casa mis hermanos y yo le dábamos fin a ese cajón igual que al frutero encima de la mesa del comedor. Yo personalmente me siento incapacitada de negarle placeres a Lolo cero saludables y 100% deliciosos. Ya llegará a mi edad y tendrá que dosificarlos. Pero si no es de niño que uno puede comer este tipo de cosas sin preocupaciones, aunque si con mesura, (nadie quiere una crisis de hiperactividad, una ida a emergencias por dolor de estomago y varias idas al odontopediatra por caries) entonces cuando? Nunca? Algunos dirán que es mejor que no los prueben porque nunca sabrán de que se están perdiendo: adelante los apoyo en esa iniciativa en la que tendrán que no volver a la casa de los abuelos, no volver a piñatas, no llevarlos a hacer mercado, no ver televisión y básicamente irse a vivir a una comunidad Amish.

Ya hay demasiadas cosas en mi vida que necesitan ser hechas metódicamente, la maternidad por fortuna me va seguir halando por el lado del instinto y el corazón. Mi consejo: no siga mi consejo que como mamá no sé lo que estoy haciendo y según varias teorías está comprobado que soy pésima, pero sobretodo dejemos de analizar todo demasiado y de, como diría mi abuela, hilar tan delgado por favor. Todo en exceso en malo, todo en carencia es triste. Y si al del vecino le funciona no significa que uno tenga que hacerlo así … y viceversa.

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4 Comentarios

  1. Olga

    Excelente articulo, con el que me identifico totalmente…y esas teorias jumm yo aplico mis propias teorias jajaja si funcionan sigo aplicando de lo contrario las modifico y voy probando..ya son 5 años en el tire y afloje…pero convencida que hago lo mejor que puedo.

  2. Andrea Cortes

    Y es aqui donde digo, el jardín no te ha salido con que Lolo necesita terapia de cualquier cosa? donde esta mi hijo no hacen más que muy por debajo de cuerda tratar de lavarle la cabeza a los papás para que uno los crié como ellos dicen y sacan esas 20 mil teorías y luego te informan que el niño necesita terapia no porque la necesite sino para «prevenir», todo porque una profesora pachuca no fue capaz de lidiar con los chiquis corriendo, entonces la fácil es decir que en la casa es el problema y la culpa es nuestra….Yo la verdad me dejo guiar por el instinto, eso me lo dijo el pediatra muchas veces y es que ninguno somos iguales y lo que funciona en unos no sirve para todos. El nuestro también nos llega a la cama todavía….eso definitivamente el amor.

  3. EDUARDO CASTILLO MORENO

    YO CREO QUE COMO MADRE LO QUE HACES ESTA BIEN ,NO HAY QUE DEJARSE LLEVAR POR COSAS EXTREMAS ,PORQUE LO DICE – X – PERSONA ,LO MEJOR ES PERMITIR A LOS HIJOS ,QUE CONOZCAN CIERTAS COSAS Y ENSEÑARLES LO BUENO Y LO MALO DE ESO, SI UN HIJO SE LEVANTA EN LA MADRUGADA ASUSTADO Y SE OBLIGA A QUE REGRESE A SU RESPECTIVA CAMA ,VA A VIVIR CON MUCHOS TRAUMAS Y CANTIDADES DE MIEDOS Y CON DESCONFIANZA HACIA LOS PADRES POR NO PROTEGERLO .
    Y COMO NO DARLES A PROBAR LO DULCE , CON EL PASAR DEL TIEMPO SE LES ENSEÑA QUE LAS GRANDES CANTIDADES SON PERJUDICIALES POR LAS CARIES ,LA OBESIDAD Y OTRAS ENFERMEDADES ..
    POR LO QUE ALCANCE A CONOCERTE CREO QUE TU ERES UNA EXCELENTE MADRE Y NO CREO
    QUE HAGAS NADA PARA SER UNA PÉSIMA MADRE ,SINO TODO LO CONTRARIO.
    ADEMAS CON ESE HIJO TAN LINDO E INTELIGENTE QUE TIENES ,MENOS PROBABILIDADES HAY
    DE QUE LO SEAS ,PERO ME ENTRETENGO MUCHO LEYENDO TODOS TUS COMENTARIOS Y OPINIONES ,ME GUSTAN Y ESPERO LOS MIERCOLES PODER LEERLOS ,PORQUE SE QUE LO ESCRIBES LOS MARTES .
    UN GRAN ABRAZO

  4. julie

    Eso se llama dar amor, no es ser mala madre…